La era del papel parece estar llegando a su fin, al menos en lo que respecta a la impresión. El CEO de HP, Enrique Lores,ha revelado que la cantidad de páginas impresas ha caído en un 20% desde el inicio de la pandemia, lo que presenta un panorama desafiante para la industria de las impresoras.
La pandemia como punto de inflexión:
El COVID-19 aceleró la tendencia hacia la digitalización, impulsando el trabajo remoto y reduciendo la necesidad de documentos físicos. Si bien el trabajo presencial ha aumentado en los últimos meses, no ha alcanzado los niveles prepandemia, lo que ha impactado negativamente la demanda de impresión en oficinas.
El hogar, un refugio temporal:
En el ámbito doméstico, la impresión desde casa experimentó un repunte durante la pandemia, pero este fenómeno no ha sido sostenible a largo plazo. La vuelta a la normalidad ha llevado a una disminución en la impresión doméstica,acercándola a niveles prepandemia.
Un sector que resiste:
A pesar de la caída generalizada, un segmento dentro de la industria de las impresoras mantiene un crecimiento: la impresión industrial. La demanda de etiquetas para empaques, impulsada por el auge del comercio electrónico, está compensando parcialmente la disminución en otros sectores.
El futuro de la impresión:
Las impresoras tradicionales enfrentan un futuro incierto. La tendencia hacia la digitalización y la reducción en la necesidad de impresión física ponen en riesgo la viabilidad del negocio a largo plazo. Sin embargo, la impresión industrial ofrece una oportunidad de crecimiento para las empresas que logren adaptarse a este nuevo panorama.
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