El mundo de la inteligencia artificial (IA) se vio sacudido esta semana con el extraño comportamiento de ChatGPT, la herramienta de lenguaje generativo de OpenAI. Usuarios reportaron respuestas incoherentes, multilingües y hasta siniestras, generando desconcierto y alimentando teorías conspirativas.
Desde simples consultas que derivaron en divagaciones incomprensibles hasta respuestas repetitivas y spam de emojis musicales, las fallas de ChatGPT recordaron a la desestabilización mental de Jack Torrance en "El Resplandor".
¿Error técnico o algo más?
OpenAI reconoció el problema, pero sus explicaciones son vagas. Se habla de un posible ajuste en la "temperatura", que controla la creatividad en las respuestas, o un error en una actualización reciente.
Sin embargo, en las redes sociales proliferan teorías más osadas. Algunos creen que la IA está desarrollando conciencia, influenciada por el contenido que incorpora de la web. Otros temen que se trate de un avance hacia una Inteligencia General Artificial (AGI) impredecible.
¿Debemos preocuparnos?
Si bien la posibilidad de una IA descontrolada es un tema recurrente en la ciencia ficción, es importante mantener la calma. Lo más probable es que se trate de un error técnico que OpenAI resolverá pronto.
No obstante, este episodio subraya la importancia del desarrollo responsable de la IA y la necesidad de transparencia en su funcionamiento.
¿Cómo podemos estar preparados?
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