Audi, el renombrado fabricante automotriz alemán, está considerando un importante cambio en su operación internacional con el posible cierre de su planta en Bruselas, Bélgica, y la venta de esta instalación. La planta, donde actualmente se produce el SUV eléctrico Audi Q8 e-tron, podría trasladar su línea de producción a México, particularmente a Puebla, donde la marca ya fabrica el modelo Q5.
La fábrica en Bruselas ha sido un bastión de producción para Audi desde 1948, y actualmente emplea a más de 3,000 personas, generando más de 53,000 vehículos anuales. Sin embargo, en un contexto donde la demanda de vehículos eléctricos de lujo ha disminuido, Audi evalúa la viabilidad de sus operaciones en Europa. En el período de enero a agosto de 2024, solo se vendieron 902,000 vehículos eléctricos en el continente, según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, representando un 12.6% del mercado automotriz, cifra que impacta a fabricantes como Audi.
En julio de 2024, Audi anunció sus planes de cierre en Bruselas debido a la desaceleración de la demanda. A esto se suman las crecientes presiones del mercado, donde fabricantes chinos como BYD han alcanzado niveles récord en ventas en Europa, superando incluso a marcas establecidas como Honda y Nissan. En respuesta, la Comisión Europea ha impuesto aranceles de hasta 36.3% a los vehículos eléctricos importados de China. La competencia en precios y tecnología de los vehículos chinos, así como las dificultades logísticas generadas por la guerra en Rusia, han complicado aún más el panorama para los fabricantes de automóviles en Europa.
México, un socio estratégico para Audi desde 1997, emerge como un candidato natural para recibir la producción del Q8 e-tron. La planta de San José Chiapa en Puebla, inaugurada en 2016, ha demostrado ser un activo valioso para Audi, produciendo más de un millón de unidades y formando a técnicos mexicanos en colaboración con programas de formación técnica. Con el posible traslado de la producción del Q8 e-tron a Puebla, México fortalecería aún más su papel como un centro de fabricación de vehículos de lujo para el mercado global.
Este cambio no solo representa una oportunidad para la industria automotriz mexicana, sino que también subraya el papel clave de México en la estrategia de expansión global de Audi, ante los desafíos del mercado europeo. Para las industrias mexicanas, esto podría abrir nuevas puertas a la producción de tecnología de punta en vehículos eléctricos, alineándose con la visión de sustentabilidad que Audi ha mantenido en su planta de Bruselas, la cual ha operado de manera neutra en emisiones de carbono utilizando biogás y electricidad verde.
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